Archive for mayo 2016

La memoria ya no es lo que era


.

Odio la manera en que se guardan las memorias ahora: dispersas, dependientes de la tecnología.
De niña escribía diariamente en una libreta y llenaba hojas y hojas sobre los sentimientos y reflexiones de un solo día. Hoy veo con tristeza como cada vez escribo menos, como este y cualquier otro espacio de escritura empieza tan recientemente, cuando mi historia personal empezó en 1988.
Odio también que en dos computadoras perdiera importantes recuerdos en fotografías.
Hoy odio como olvido y postergo escribir aquí, odio como olvido detalles importantes cuando quiero hacer recuentos anuales... también odio posponer y hacer mal esos recuentos.
Odio el Facebook y mi celular, donde tengo fotos y fotos pero de otras cosas importantes no quedó registro, y los odio más porque sustituyen la memoria, y si no están ahí, puede que se borren también de mi cabeza.

En resumen, le temo al olvido de mi propia vida.

No me termina de agradar esta transición tecnológica.

Después de años tengo que aceptar que ya no podré recuperar ciertas imágenes.. y que incluso tal vez se han borrado ya también de mi cabeza.

Miedo al olvido de mi propia vida.

Miedo a no recordar lo bueno, porque para lo malo tengo talento en recordar.

 

Luna llena en Sagitario I


.

Hoy recordé
Quiero huir de ti.

porque tú quieres hacer lo mismo.

Juntos
lo peor de nosotros
Sólo yo pienso
lo bueno es ilusión


Tú te irás
definitivamente.
Conseguirás huir como antes
como siempre.

Sé nada
sobre tu idea de huir,
debo aceptar.

Mi huida será radical
emocional
será desesperada,
autodestructiva

porque conmigo
no se trata de huir,
sino de cómo me mueve el miedo.

El miedo...
siempre el miedo.

Determinaciones


.

Septiembre 2014
 
Me siento combativa.
No pienso detenerme, así mi cadera amenazase con separarse lenta y dolorosamente como la pangea.
Romperé todas las puestas necesarias, destruiré  todo en mi interior para empezar de nuevo la cortísima vida de excesos que me trajo hasta aquí, tomaré la misma actitud suicida para sobrevivir o bien o morir en el intento.
No estoy diapuesta a vivir en dolor todo el tiempo.
Todas las cartas lo dicen.
Cargo una maldición de humo. 
Mis antepasados la forjaron y yo puedo destruirla. Desde adentro, desde mis entrañas, desde los ovarios. 
Liberar ese poder bruja, liberar ese poder diablo. 
Al menos cambiar pastillas sonrientes por aquellas legales e igualmente jodidas. Eliminar el síntoma para seguir caminando y derrotarme a mi misma, a la maldición. 
 
Vivir bien o morir en el intento.
 
 

Sobre mis dolores


.

Septiembre 2014

Mi cuerpo es casi normal.  
Casi. 
El dolor que siento no se encuentra en mi sangre ni en mis huesos casi normales. 
Si yo me quedo tirada en cama siete días no pasa nada. 
Afuera el mundo sigue girando.  
A mi  me va doliendo menos aunque el misterio no se resuelva. 
Y sana o enferma voy a morir. 
El verdadero problema es vivir. 
No tengo nada más que síntomas.
La ciencia dice que estoy sana.  
Yo me siento envenenada porque sé que mienten, porque hoy estar enfermo es estar sano y estar enfermo es ya no poder habitar el mundo como debería ser.
  
Me siento normal.  Soy normal.  Tanto, que vivo permanentemente tensa y preocupada pero no me doy cuenta porque ya me acostumbré. 
Mi dolor en el mundo es nada. En una galaxia lejana no duele, ni en la luna, ni en el mar. Mi dolor es nada para mi espejo. 
El miedo infundado es nada. Miedo al dolor que siento y miedo mayor por el dolor que me cura. Dolor de agujas, de líquidos,  de ozono, de pastillas,  de vitaminas, del calor... miedo de eso que no veo pero que está dentro de mi sufriendo. Miedo de lo que siento que no me responde la ciencia. Miedo porque mi dolor sólo significa algo real para mí misma. Las punzadas, los espasmos, la quemazón,  ardor, la a veces imposibilidad de habitar el espacio, mi propio cuerpo... no significa nada para el montón de piedra que me rodea, ni para los árboles tristes condenados a mirar el tráfico eternamente.
Si es culpa de alguien ya no importa. Estoy envenenada desde los genes, ahí también se impregnaron los males de la cultura. Mis vicios tienen historia y me ciegan. 
No importa lo que meta a mi boca estará infectado por la terrible humanidad. Todo lo que creo necesito me consume y es delirio, todo lo que me gusta es gula.
¿Cómo no estar envenenada?  
Me da miedo saber que pasa en mis tripas, en mi sangre y en tantos órganos que ni sé qué mugre intentan limpiar todos los días.  Me da miedo pensar en mi columna dividida en dos y mi lado del cuerpo asimétrico.  Me da miedo la puerta a mi corazón defectuosa que hace un chiflido arrítmico. Y tantos otras anormalidades que uno bien sabe ignorar con el paso de los años, desde ojeras hasta dolores musculares sordos. 
Mi dolor no es nada entonces, aquí afuera. Mi dolor lo es todo sólo en el universo que llevo dentro, desde lo orgánico hasta lo intangible y esas otras dimensiones donde no puede dejar de habitar mi alma. Mi dolor en realidad no puede existir afuera. Si saliera ya no sería dolor. Si pudiera conectarme con el árbol ya no tendría dolor. Ni miedo.}

Catarsis en medio de la enfermedad


.

Mayo 2014

Hoy mas que nada necesito a la poesía
La necesito porque me duele el cuerpo
Me duelen las piernas, los brazos...
Mis manos se enfrían
Mi cabeza explota
Siento nauseas
doy de vueltas queriendo salir y solo puedo pensar en lo que se supone debo hacer...
sólo se supone.

Estoy enferma y no hay cura
Ni siquiera diagnóstico
Mi sangre canta en ritmos altibajos para decir algo en un lenguaje inentendible
Vitaminas reemplazan las tachas
las tachas me hacen morir
no me importaba, ahora si.

Morir joven siempre es opción, pero no sufrir, no señor
Si los planetas se han alineado tan negativamente lo quiero saber
Si debo ir con mujeres que se dicen místicas, iré
porque no hay nada más que quiera que estar sana y joder al mundo
No puedo dejar que el planeta me joda a mi

Yo soy la destrucción
debería serlo

Yo vine aquí para cantar canciones oscuras y para tener deseos funestos incumplibles
vine aquí para desear y desear
vine para sentir cosas tan fuertes que duelan
debo vivir para creer que muero 
sin morir.
 

Otra dimensión


.

Marzo 2014

Solo en mi imaginación nunca fui compensada. 
No necesité ser reconocida. 
Sólo en esa recóndita dimensión paralela de mi mente nunca dejé de dibujar, de pintar o de escribir.
En ese mundo ideal mi sensibilidad se desarrolló antes y pidió expandirse con urgencia. 
Mi creatividad nunca fue absurda y me tatue una rosa brillante y escandalosa en la mano izquierda. 
En esa (espero) realidad alterna, nunca caí tan vilmente en las redes de la norma y el amor.

La (falsa y cómoda) felicidad. 

En ese mundo si soy libre, sufriente y feliz. 
En ese mundo las carencias son parte de mi plenitud y nunca un impedimento para disfrutar. 
En ese mundo me preocupa más el presente  que el futuro. 
Tengo las manos manchadas de tintas, pinturas y grafitos. 
En esa vida no me atormenta mi destino, ni la teoría evolucionista. 
No me importa porque no sé de esa visión en la que toda mi existencia es una excepción a la norma y por tanto terrorífica de trascender. 
En esa realidad, que sólo se me muestra mientras me pierdo en alguna canción, 
mientras viajo en la combi, 
mientras lloro por dentro 25 años de mentiras y delirios.
Mientras intento olvidar que aún sabiendo,
no puedo desaprender y regresar con mi yo infantil a rogarle que nunca deje lo que ama
creyendo que complacer a los adultos es lo correcto. 

Pienso mientras voy camino a estudiar,
a seguir aprendiendo para tener más preguntas que respuestas, 
para destrozar al arte con teoría 
y para preocuparme por la urgencia de tener un trabajo que me mantenga, 
para regresar al ritmo del sabotaje, 
en el que la depresión es parte de la normalidad 
y se ignora que la vida es demasiado corta para seguir órdenes. 




Con la tecnología de Blogger.